¿Da vueltas en círculos en sus improvisaciones sobre la escala pentatónica ? ¿Toca siempre las mismas notas? ¿Le cuesta ser creativo y avanzar más allá de la primera posición de la escala?

En este artículo, le llevaré a través de 21 licks pentatónicos para sugerirle nuevos conceptos que incorporar a sus solos de guitarra.

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¿Es fácil tocar a los Beatles con la guitarra?

Esta es una pregunta que se han hecho generaciones enteras de guitarristas o futuros guitarristas desde los años sesenta hasta la actualidad.

De hecho, los Beatles son el grupo que quizás, más que ningún otro, ha suscitado y generado más vocaciones en toda la historia de la música rock. Aunque esto parece más que evidente, la respuesta a la pregunta planteada sigue siendo más matizada y complicada. Recuerdo muy claramente que, incluso antes de tomar clases de guitarra, había comprado un cancionero de los Beatles (esto fue antes de la llegada de Internet) para intentar tocar las canciones de mi grupo favorito con una simple guitarra acústica, al principio, y progresando gradualmente en el aprendizaje del instrumento me maravillaba el hecho de que era capaz de interpretar estas canciones con la ayuda de sólo unos pocos acordes. Tocaba canciones como Love Me Do, A Hard Day’s Night, Can’t Buy Me Love o Get Back, con un placer cada vez mayor.

Pero cuanto más avanzaba en mi búsqueda, tanto para domar la guitarra como para interpretar las canciones que más me gustaban, más cosas nuevas descubría y más se abría ante mí un mundo encantado que fui descubriendo poco a poco en el transcurso de mis investigaciones: primero cosas sencillas, como la parte de guitarra de And I Love Her, luego más complicadas, como la de Day Trippero la de Michelle, y cuanto más penetraba en este bosque mágico que es la música de los Beatles, más cosas bellas aparecían y, simultáneamente, más empezaba a dominar mi instrumento. Es precisamente esta aparente sencillez lo que a menudo hace que la música de los Beatles parezca fácil de tocar.

Años más tarde, cuando me convertí en guitarrista de The Rabeats (que es un famoso grupo de versiones de los Beatles en Francia), tuve que acercarme aún más a las partes de guitarra de los Beatles, y pude medir todo el refinamiento y toda la diversidad creativa de ellos.

Este paso decisivo fue la fuente de una evolución constante para mí como músico. Después de haber recorrido durante veinte años todos los grandes escenarios de Francia y de haber tocado mucho en el extranjero, todavía hoy interpreto estas partes de guitarra con el mismo deleite que sentí el primer día.

¿Y George Harrison?

Si en el contexto de este artículo vamos a fijarnos más concretamente en las partes de guitarra de George Harrison, no hay que olvidar que los Beatles son una banda formada por dos guitarras, un bajo y una batería. Las partes de guitarra de John Lennon, considerado el guitarrista rítmico de la banda, son de perfecta ejecución y gran eficacia, sus punteos, como en Julia, Dear Prudence o Happiness Is A Warm Gun son de una belleza y calidad consumadas, como también lo son sus ritmos, en All My Loving o Revolution, su riff en I Feel Fine, sus arpegios en I Want You o Because en particular.

Cabe señalar aquí que sus picados tienen la particularidad de que siempre es la cuerda La la que se toca primero, aunque la raíz del acorde esté en la cuerda Mi. Algunos solos los toca incluso Lennon, como el de Get Back o incluso el de For You Blue, interpretado con guitarra slide.

La parte de guitarra de I’ve Got A Feeling, así como la de Revolution, son ejemplos del a menudo subestimado, o al menos desconocido, talento de John Lennon como guitarrista.

En cuanto a Paul McCartney, aunque era el bajista oficial de los Beatles, hay que recordar que ante todo era guitarrista del grupo antes de la marcha del bajista anterior, Stu Sutcliffe, en 1961, y que también toca partes de guitarra muy interesantes como la de Blackbird, que es muy difícil de tocar porque se toca de una forma muy personal y única, o incluso el solo de guitarra de Taxman, que es una canción compuesta por Harrison, así como una de las tres guitarras del épico solo final de The End.

En cuanto a las progresiones de acordes de las canciones, si como he mencionado antes, algunas canciones parecen a primera vista muy sencillas, sobre todo durante los primeros años, otras en cambio traen cada vez más complicaciones, como es el caso de While My Guitar Gently Weeps, Penny Lane, I Am The Walrus o Something, por ejemplo. Pero es del corazón mismo de las canciones de donde vamos a sacar las cosas más interesantes, en los arreglos, los trucos, las intervenciones, el fraseo y los solos de guitarra.

Sobre los acuerdos

No podemos dejar de mencionar aquí a George Martin, considerado con razón por algunos como el quinto Beatle, y que, procedente de una formación clásica, fue capaz de aportar una nueva dimensión a la banda con magníficos arreglos, especialmente en las partes de cuerda como en Yesterday Eleanor Rigby, You Never Give Me Your Money o Good Night, o partes de metal como en Got To Get You Into My Life o Martha My Dear, e incluso en su participación directa en los discos de los Beatles como instrumentista, como en el solo de piano de In My Life, Good Day Sunshine o Lovely Rita en particular, o incluso la parte de clavicordio de Fixing A Hole. Pero consideremos ahora cuál es el caso de George Harrison.

Las influencias de Harrison parecen ser muy diversas y eclécticas, y van desde Andrés Segovia a Ravi Shankar, Django Reinhardt, George Formby, Chuck Berry, Buddy Holly, Scotty Moore, Carl Perkins, Chet Atkins y Curtis Mayfield. Norwegian Wood, en la que introdujo una parte de Sitar, es uno de los primeros ejemplos del género en la música occidental.

Aprender el Sitar de Ravi Shankar dio un vuelco a su vida como músico y espiritualmente. Las incontables horas y noches pasadas tocando en los escenarios de Hamburgo de 1960 a 1962, con la ayuda de anfetaminas para seguir adelante, por supuesto desempeñaron un papel decisivo en la sólida formación musical de los Beatles, con una experiencia incomparable y listos para conquistar el mundo. Pero lo que motivó y contribuyó a la búsqueda constante y perpetua de nuevos arreglos de guitarra se debe, una vez más y en gran medida, al papel ineludible de George Martin, que fue el motor inagotable de la música del grupo en el estudio, y después, cuando los Beatles dejaron de tocar en directo a finales de noviembre de 1966, esta tendencia se acentuó y amplificó aún más, como puede verse con los álbumes SGT. Pepper’s Lonely Hearts Club Band y Magical Mystery Tour. Pero ahora consideremos las múltiples facetas de la forma de tocar de George Harrison a través de algunos ejemplos de canciones.

George Harrison aparece igual de cómodo en canciones clásicas de rock and roll como Roll Over Beethoven (Chuck Berry) o Long Tall Sally (Little Richard), en las que su dominio de la guitarra es impecable, que con una guitarra de cuerdas de nailon en un tema como Till There Was You, donde interpreta un solo de una musicalidad y fluidez perfectas. Cuando se publicó One After 909, tocado en enero de 1969 en el tejado de la casa Apple, aunque la música de los Beatles había cambiado en aquella época, Harrison demostró que había conservado toda su cultura del rock and roll en el que quizá sea uno de sus mejores solos. En cuanto a los solos, hay que mencionar los de Hey Bulldog, Old Brown Shoe, Let It Be, Something, Octopus’s Garden, que demuestran una técnica y un dominio perfectos del instrumento, y que revelan una evolución musical progresiva desde los magníficos solos de All My Loving o Nowhere Man. Cabe señalar que tras su regreso de la India y su asiduo aprendizaje del sitar, multiplicó el uso de los dobleces (técnica omnipresente en la práctica del sitar) en su forma de tocar. En cuanto al solo de Honey Pie, ofrece un ejemplo de la habilidad de Harrison para interpretar un solo de jazz. También podemos recordar que el magistral solo de While My Guitar Gently Weeps es obra de su íntimo amigo Eric Clapton.

En A Hard Day’s Night, Harrison utiliza una guitarra de 12 cuerdas, una Rickenbacker 360/12 para el solo, que se grabó a cámara lenta y luego se aceleró para conseguir el efecto deseado, y fue doblado por George Martin al piano.

George Harrison tocando su Rickenbacker.

Help! nos muestra el ejemplo de la destreza técnica de Harrison con el rapidísimo riff de guitarra que precede a cada estrofa; el propio Gary Moore estaba maravillado con este fraseo.

Para Y tu pájaro puede cantar, Harrison compuso un tema de muy alta calidad tanto melódica como armónica, un tema armonizado en terceras y con Paul McCartney tocando la segunda voz, porque las grabaciones aún se hacían en cuatro pistas en aquella época (1966), de hecho este tema fuerte hace todo el interés de la pieza y le da su color particular.

Strawberry Fields Forever marcó la aparición de la guitarra slide que Harrison perfeccionaría a finales de 1969 mientras realizaba una breve gira con Delaney & Bonnie y que se convertiría en parte integrante de la quintaesencia de su juego en los años siguientes, hasta el punto de que el propio Ry Cooder lo consideraba uno de los más grandes en este campo.

Los arreglos de Harrison son únicos porque crean algo nuevo, una atmósfera diferente; en Todo el mundo tiene algo que ocultar excepto yo y mi monohay un riff de blues rock que acompaña a toda la canción dándole una gran energía y fuerza, en Querida Prudencia están esas frases tocadas en octavas, que admira Ian MacDonald, y que concretan la apoteosis de la canción de forma magistral, esos arpegios en notas staccato en Cariño que tanto aportan al color del título, y todas esas suntuosas intervenciones en Nunca me das tu dinero y en todo el álbum Abbey Road. Here Comes The Sun ofrece un ejemplo de un bello y complejo ritmo de arpegio tocado con púa en una guitarra acústica con una cejilla colocada en séptima posición y demuestra una vez más el talento de George Harrison como compositor y como guitarrista.

En conclusión

El legado de George Harrison como guitarrista desde finales de los sesenta hasta nuestros días no tiene parangón y refleja las infinitas cualidades de su forma de tocar. Sería imposible elaborar una lista exhaustiva de los innumerables músicos a los que influyó; entre ellos, Brian May, Johnny Marr, Gary Moore, Peter Frampton, John Frusciante, Dave Grohl, Noel Gallagher.

Steve Lukather, en su autobiografía, El Evangelio según Lucas, explica que fue George Harrison quien le inoculó la sed insaciable de convertirse en guitarrista cuando sólo tenía seis años, tras ver a los Beatles en el programa de televisión The Ed Sullivan Show en febrero de 1964.

Harrison es considerado universalmente como un guitarrista que ejerció una gran influencia en la música pop-rock y dejó su huella en el universo musical venidero. Sus variados y proteicos arreglos, siempre de una precisión y meticulosidad increíbles, sublimaron las composiciones del dúo Lennon/McCartney dándoles esa dimensión extra necesaria para cualquier gran opus. Si los Beatles sentaron realmente las bases de lo que hoy llamamos rock o pop, George Harrison definió e inscribió el papel que la guitarra desempeñaba como instrumento en este género musical.

Además, la dificultad de tocar las partes de guitarra de los Beatles radica en gran medida en el estilo de cada uno de los músicos, Harrison, Lennon y McCartney, que, al no haber recibido formación musical como tales, han podido desarrollar una forma particular de tocar que les es personal y, por tanto, complicada de reproducir, pero también en la complejidad, en la multiplicidad de estilos y técnicas utilizados, en la sutileza, precisión y limpieza de ejecución Y al final, para responder a la pregunta: «¿Es fácil tocar a los Beatles con la guitarra?», responderemos negativamente.

Un artículo de Momcilo Milovanovic.